So cool

Recuerdo del primer mensaje :


A menudo la gente consideraba que era normal ver con todos los colores el mundo, es decir, estamos tan acostumbrados a ese tipo de monotonía que creemos que eternamente todo será así. No nos ponemos a pensar que puede que a lo lejos haya gente que nunca pudo ver con todos los colores.
Personas, personas, personas, somos una constante en este mundo, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, seguimos un curso. No tenemos idea de lo que fue antes de la vida pero tampoco tenemos idea de que será después de ella.

Sonreímos, lloramos, sufrimos, criticamos, jugamos, hacemos miles y miles de acciones que todas se tornan insignificantes, somos las pequeñas partículas de este universo, tan únicas, tan indivisibles, explicamos todo a niveles que nos asombramos.


Me desperté y mire por la ventana sin siquiera moverme un poco de la posición en la que pase la noche. Tenía muy pocas ganas y mucho sueño. Mi ojos miraron fijamente el sol en busca de un poco de color, pero no pude. Había nacido como un fenómeno, nunca tuve la oportunidad de saber que el cielo era azul, ni que las flores podrían ser de muchos colores.
Alguna vez una mujer me dijo que mis ojos eran del mismo color que los de mi madre. No lo sé. Ni lo sabré. Cada vez que dibujaba en clase para mi todo era gris probablemente por ello nunca tuve dotes artísticos, no se si llorar o reír ante tal desgracia. Pero es seguro que esto es mejor que haber nacido ciego. No me quejo tan sólo hubiese sido bueno nacer "completo".
Me quede por mucho más tiempo en la cama sin querer salir de los cálidos edredones que me proporcionaban calor en medio de aquella mañana de otoño. No es que odiara el frió, o que fuese muy flojo, simplemente no me apetecía salir, es decir, no tenia muchas ideas acerca de en que podría invertir mi tiempo; si no hacía nada de provecho, porque moverme de ahí. Estaba cómodo muchas gracias.
-Izar.
Oí la voz de mi madre, toco la puerta al momento.
-Dime.
-Vamos, levántate ya.
-No tengo muchas ganas.
-Vamos, tienes escuela.
-¿Y eso que?
-Tienes que ir.
Suspire para después mover los suaves edredones -¡Ya voy!-. Tome mis pantuflas y me dirigí al baño para poder tomar una ducha que al menos me refrescara un poco las ideas antes de irme.
Deje que el agua se calentara y me desvestí aventando la ropa por todos lados, después me duche mientras dejaba que mis pensamientos murieran con facilidad.
Después de unos minutos, al salir corrí a la habitación por una toalla. Le había olvidado. Me seque con rapidez, me vesti con el uniforme y como extra me puse un abrio y una bufanda esperando que no hiciese mucho frió afuera acababa de ducharme y estaba un tanto friolento, baje corriendo las escaleras para tomar el desayuno. Tantas cosas en las que pensar y lamentablemente el día acababa de empezar.

Ah, si el fuese un poco más callado tan vez sería agradable pero insistía siempre en ponerme en situaciones que de alguna manera me incomodaban y me dejaban en un estado de vergüenza, sentía que si seguía diciendo que me amaba le golpearía para ver si se callaba. ¿A que se refería con que le observaba como escoria?
-No te observo como si fueras escoria, tan sólo creo que por momentos eres el tipo de persona que perfectamente representa todo de lo que rehuyó. Eres impredecible, y yo odio ese tipo de cosas tal vez nunca se lo he dicho a nadie pero me gusta tener bajo control mi vida niveles inimaginables, podría morir a mis 27 oyendo música psicodélica mientras me drogo… y moriría feliz siendo testigo de que eso fue planeado.
Por otra parte si te pienso a ti parecer demasiado espontaneó supongo que es por ello que te observo como algo de condescendía y molestia pero vamos al menos me agradas un poco la mayor parte de la gente me es desagradable. Como sea no puedes esperar que alguien que ha tenido sus ojos cerrados toda su vida ahora los abra por arte de magia. Presiento que aunque quiera huir estarás ahí y probablemente eso sea lo más aterrador de ti.
Por cierto será mejor que comencemos a comer, lamento, bueno en realidad no, haberte golpeado la mano, pero mejor toma la ensalada con una cuchara.
Le deje ahí sin esperar respuesta y camine a la alacena estirándome ligeramente para poner unos platos en la mesa, deje un cucharon en el recipiente de la ensalada, tome un lugar y me senté esperando a que él otro hiciera lo mismo para comenzar a comer.
De alguna manera me aliviaba que mi madre no estuviera ahí, sé que ella no sé alegraría de oír todo lo que le dije sin pensar al rubiales pero que más daba por momentos me daba la impresión de que si yo no estuviese ahí para causarle problemas ella tendría una mejor vida.
-Sabes~ creo que debería de conseguirle un esposo a mi madre-. Dije sin realmente esperar una respuesta. –Por otro lado no me gusta como suena Gus. Te llamaré Gustav, acabo de recordar tu nombre.

Observe a ese niño portarse malcriadamente y gritarme miles de cosas que sinceramente en algún otro momento hubiese ignorado pero, vamos el lograba sacarme de quicio y llevar mi ira a nuevos niveles, probablemente por ello me agradaba, ciertamente nunca sé lo diría.

-Si un marido a mi madre ¿Por qué no? ella merece pasar su vida a lado de alguien pero parece que se niega ese privilegio porque cree yo me sentiría relevado a un segundo plano, que ciertamente no sería así, se que ella me ama, no necesitas decírmelo, sé que tu me amas porque no llevamos más de dos días hablando y ya me lo has dicho muchas, miles de veces, se solo son las únicas dos personas y no necesito que nadie más me lo diga, no necesito de su amor, me basta y me sobra con lo que tengo, podría llamarme conformista pero para una persona que solo ve las cosas literalmente en blanco y negro no hay más. No es como si el mundo fuese especialmente interesante para mi. A final de cuentas no quiero confiar en ti, verás la ultima vez que tuve un amigo me beso, a sí eso no es lo que me perturba del todo en si, si no que se suicido dejo una carta diciendo que todo lo hacia por la estrella que nunca alcanzo. No sé si mi teoría sea cierta pero creo que sabes que Izar es una estrella, pensé que tal vez hablaba de mi, teníamos trece años y probablemente por ello me afecto más el hecho de que la única persona a la que estuve dispuesto a abrirme y confiar un poco me haya hecho sentir totalmente frustrado, no lloro su muerte pero me jode que todos crean que pueden llegar y perturbarme, entrar a mi vida sencillamente, nunca le lleve a valorar del todo.

Moví la cabeza de un lado a otro y después me acerque a el tomando su cara entre mis manos, le observe por muchos minutos.
-Gustav, me gusta más como suena de esa manera tu nombre.
Le solté sin hacerle realmente caso a lo demás, me levante de mi lugar y me estire, tronando los huesos de mi espalda.

Se escucho un ruido que perturbo la tranquilidad, voltee a ver que era lo que sonaba, busque por todas partes pero mi vista termino posándose en el rubio que miraba fijamente la fuente del ruido, alcé una ceja mirando sus acciones y espere a que dijera algo, en estos momentos era cuando me sentía totalmente inútil , me lleve la mano a la altura de mis cien y las sobe pesadamente me dolía la cabeza, probablemente me daría una migraña.

Spoiler:

Observe como se iba y suspire, se escuchaba el silencio y las manecillas del reloj en la sala, aquel silencio me reconforto de una manera especialmente cálida, al menos tendría mucho tiempo para pensar en todo lo que sucedió ese día, arrugue el papel en donde me anoto su dirección y le tire cerca de mi, después me deje caer en el sillón pensando en todo lo que sucedió.

Sonreí me pase el brazo por la cara tapando mis ojos y comencé a reír como desquiciado ¿Desde cuando era tan amable con la gente? ¿Desde cuando era tan hablador con personas que a penas conocía? Ese chico probablemente se metería en lo más profundo de mi si seguía dejandole a mi lado, lo más conveniente en estos casos era hacer lo que toda la vida hice: huir, odiaba huir pero no permitiría que alguna acción mía perturbara a mi madre o la tranquilidad de al rubiales siempre he pensado que soy egoísta y por ese hecho no me acercaba mucho a los demás. Tendría que dar lo mejor de mi para poner todo en el nuevo orden.

Me levante y camine a mi cama, no tenía ganas de nada, lo único que quería en ese preciso momento era dormir hasta que mi cuerpo ya no aguantara el estar en una cama, subí las escaleras con pesadez y casi me arrastre a mi cuarto, me metí en las cobijas una vez que me desnude dejándome la ropa interior, mi ropa apestaba y mi cabello estaba hecho una porquería ya después tal vez el siguiente día me bañaría. Me acurruque entre los edredones haciéndome una pequeña bola y dormí por mucho tiempo.

De lo siguiente que fui consiente es de que mi madre tenia la cabeza recargada en sus brazos y estos a la vez en la cama, sentada en una silla, al parecer había velado el sueño de su hijo. Le mire y acomode los mechones de su cabello, observe la ventana se notaba luz, después observe el reloj aún era temprano pero no podía dejar a mi mujercita en esa posición, me levante con pesadez y tomando a mi madre entre brazos le lleve a su habitación, le acomode en la cama y le tape, me decidí ir a bañar estaba seguro de que probablemente estaba todo pegajoso, salí de ahí observándole, probablemente la mujer con la que me casara sería igual a mi madre ¿Complejo de edipo? ah, probablemente sería admiración, al no crecer con mi padre ella era lo único que tengo...

Observe que aun seguía solo en ropa interior, entre a mi cuarto y tome mi otro uniforme que estuviese limpio dejandole en la cama, me metía a darme un largo baño, recordé todos los incidentes del día anterior, me sentí enojado, esos bastardos que estaban en el baño me las pagarían por su culpa mi cuerpo tenías raspones y mi uniforme extra estaba hecho una porquería. Salí después de unos minutos del agua y me seque con pereza, salí descalzo a la habitación tomando la ropa y acomodándole perfectamente me puse una bufanda y mi abrigo de todos los días otoñales, camine a la cocina para desayunar algo y salí camino a la escuela, en este me encontré con Michiru.

-Izar.
-¿Hmsn?
-Lamento lo de ayer.
-Esta bien, sólo que no se repita o me veré en la necesidad de actuar grosero contigo.
-Si, gracias por comprender, pero quiero que sepas que tu me gustas.
-Si, pero creo que no me interesa mucho, no me gustas ni me agradas, por favor no lo repitas de nuevo...
-Izar...
-Lo lamento, quiero dejar esto en claro.

Me dio el click en la cabeza, y me di un golpe con la palma de mi mano en la frente ayer nunca rechace en si al rubio, algo tenía que estar mal en mi cabeza, seguí caminando a lado de la chica en lo que llegábamos a la escuela, después de ello me metí a mi salón despidiéndome de ella, tome mi lugar sin prestarle atención a nadie, suspire y me recargue en el asiento para poder dormitar un poco en lo que llegaba el profesor.

Comencé a pensar que no había nada más aburrido que esperar al profesor, tomé mi bolsa y salí de ahí pensando en que lo mejor que podría hacer sería ir a la azotea en espera de que algo bueno pasara por ahí.
Camine por los pasillo que por ahora estaba totalmente llenos de gente y llegue a las escaleras, les subí con pesadez para después abrir la puerta y sentí de golpe el viento, me desacomodo el cabello y no hice algún esfuerzo por volverlo a su lugar. Camine y cerré la puerta a mi paso, mire a todos lados sin notar a alguna persona, camine y en el centro bote la bolsa, me acerca para poder acostarme y utilizarle como almohada.
No tarde mucho en dormirme, al parecer era lo que mejor podría hacer.

-¡Hey Izar!
-Papá…
Un hombre acaricio el cabello de un niño pequeño, el cual sólo se dejo hacer.
-Tu padre se irá muy lejos, ayudara a un país, ayudara a tu país, no precisamente el lugar donde estamos ahora, sabes que tu naciste en América y tu padre también lo hizo, estamos en guerra y el presidente desea que nosotros vayamos allá, ayudemos a los soldados que también están en ese lugar.
-Pero ¿Tú volverás?
-Eso espero hijo mío, tan sólo quiero pedirte que en caso de que yo no regrese, cuides muy bien de tu madre.
-Lo haré ¡Yo cuidare muy bien de mamá!
-Bien, ese es mi hijo, recuerda que tú eres la estrella más brillante del cielo. Pero tienes que buscar a otra persona que brille a tu lado, porque Izar está compuesto por dos estrellas.
-¡Si señor!- El pequeño puso su mano en la frente rectamente como si un soldado saludase a un capitán.
-No me arrepiento de nada, recuerda hijo mío que tienes que vivir tu vida de tal manera que cuando la leas de viejo no te arrepientas, no te prives de nada y finalmente, la mirada que tu posees es especial, no eres diferente a los demás, tan sólo miras el mundo de tal manera que los demás no pueden hacerlo…
-Sí.
Y el niño observo, se quedo mirando como su padre salía de aquella casa con una gran mochila y una mirada que probablemente era la mirada de alguien que se va para nunca volver y añorar los buenos momentos, pero el niño no lo sabe.
Ella se sienta sola y recuerda.

Me levante con algo de sorpresa, me lleve la mano a las mejillas que se sentían húmedas y frías y lo note, había estado llorando en sueños, soñé con mi padre… hacía años que no soñaba nada en especial per el recuerdo de la figura paterna que creí olvidada me hizo sentir un escalofrió en lo más profundo de mi alma ¿Cuántas promesas quedaron olvidadas? Ya ni siquiera recordaba que alguna vez prometí algo a alguien. Me sentí de nuevo como un niño pequeño y desprotegido, solté suspiros en medio del llanto y me abracé a mi mismo tranquilo de que nadie me viese en tal estado, después de calmarme un poco me levante y me estire, limpie los restos de lagrimas y me quede ahí, en el silencio.
-Perdón viejo, creo que no he vivido tal y como te lo prometí pero… ¿Cómo puede alguien que vive de tal manera tan absurda ser feliz? Intentare hacer algo pero no prometo nada…
Observe el reloj de mano con el que cargaba ya había pasado más de medio día y las clases terminarían pronto al parecer me la había pasado vagueando el día completo, recordé el trabajo por entregar a lado de Gustav y en realidad no me importo, él le entregaría depositaría ciega confianza, en caso de que me equivocase ya vería después a que consecuencias me atenía.

Oí la voz de Gustav, creo que di un salto por el miedo que me dio el oírle de la nada ¿Me había visto llorar? Esperaba que no.
-Ho.. Hola, dios ¿Por qué mierda azotaste la puerta? Me diste un susto de muerte...- ¿Era mi imaginación o estaba nervioso? Ah... ese sueño me había puesto sensible. Después de que mis neuronas retomaran lo dicho por el (al parecer estaba un tanto estúpido, debería de evitar dormir y después conversar con la gente) suspire -¿Habría de botarte porque...?- Espere a que me diera una respuesta, en realidad muchas veces no entendía a la gente, estaba un poco más tranquilo, tal vez ayer por el hecho de que el se me había pegado de la nada estuve más a la defensiva.
Recordé el trabajo y le mire fijamente -¿Entregaste el trabajo? Creeré que sí... Como sea.
Me quede en silencio sin saber realmente que decir, tan sólo sentí el viento en mi rostro, era reconfortante.

Le mire, largamente y de la nada quise comenzar a llorar pero aprovechando que no me prestaba mucha atención tome aire y me calme.
-Eres molesto pero ayer estaba un poco más hostil porque no tenia ganas de levantarme pero tranquilo hoy no te lanzare por la borda al menos no si mantienes la calma.- Sonreí de lado. -Y a decir verdad paso de las fiestas, no soy muy tolerante de la gente y soy realmente una basofía bebiendo, recuerdo que una vez intente tomar un poco de alcohol y a los cinco minutos ya estaba durmiendo podrías decir que soy de peso ligero.
Solté una carcajada un tanto aburrida y me acerque para pararme a su lado.
-Te odio- Fruncí el ceño -Siento que si sigo a tu lado terminare siendo otra persona totalmente diferente pero... de alguna manera siento que eso es lo que he buscado por mucho tiempo... no sé que pensar al respecto.
Finalmente me di la media vuelta y mire al cielo intentando encontrarle color pero con molestia note que no podía hacerlo.
-¿Hiciste un buen trabajo con nuestra tarea? Espero que sí porque no me dejaste ayudar. Creeré que al menos podemos ganarnos una calificación aprobatoria... Y repiteme ¿Para que una fiesta?

En cuanto aquel tipo intento reconfortarme y después de mostrarme unos boletos donde no se aceptaba una negativa para ir al cine me pregunte porque nunca antes había ido a ese tipo de lugares. Moví la cabeza a un lado y después lo recordé: el ruido, la gente, blanco y negro... o sí el cine era el lugar que yo evitaba como evitaba a la gente...
Me quede aún ahí y mire la bolsa aún en el centro, me acerque a ella y le tome para después salir de aquel lugar, baje las escalera con suavidad y oí el ruido de dos personas peleando.
Me acerque un poco pensando que podría ser algo extremadamente grave y ah, lo que mis ojos vieron no tiene precio. Eran dos chicas besándose, al parecer habían tenido una pelea de pareja, alcé un ceja reconociendo a una de ellas como compañera de clase al verme abrió los ojos desmesuradamente para después separar a la otra.
-I...Izar, yo...
-Tranquila, no le diré nada a nadie, creí que algo malo sucedía... me voy retirando.
Escuche que me hablaba pero no tenía ganas de hablar con nadie, tenía que poder mis pensamientos en orden y pensar en preguntarle al idiota de que era la película... si algo odiaba realmente eran las películas de terror, esperaba que considerando su personalidad fuera uno de esos tontos largometrajes románticos, ya le preguntaría después. O no tan después porque tenía ganas de ir a casa a dormir un poco más y si lo pensaba bien en realidad ni siquiera habíamos quedado para ir a algún lugar en especifico y ni siquiera tenía su teléfono.

En cuanto llegue a casa note que tenia un mensaje de voz, al oírle sentí como si un tic me apareciera en mi ceja izquierda.
-Pequeño pendejo ¿Dice que yo tengo una boca sucia y llama puto a mi teléfono?
Entré entre a la casa buscando algo que me indicara que mi madre estaba ya en ella pero al parecer aun no llegaba, subí a mi habitación para cambiarme el uniforme y si me daba tiempo una ducha. Aventé el bolso en el camino y me fui quitando la ropa en el camino, estaba bastante disgustado en realidad con la idea de salir pero ya había aceptado prácticamente. Suspire y me revolví el cabello pensando en lo rápido que me acostumbraba a la presencia del otro. Me dio un escalofrió y me metía la habitación para poder ducharme.

Después de unos minutos salí del baño y busque algo que ponerme pero extrañamente lo pensé demasiado...
-¿Que mierda? ¿Acaso soy una chica preocupada por una cita?
Mi semblante se torno un tanto rojizo y tome cualquier cosa para ponerme. Después de ello me acosté en la cama sin secarme realmente el cabello o hacer más por mi apariencia, odiaba a Gustav, definitivamente le odiaba. Por ahora dormiría un poco y esperaría a su llegada.

Sentí un escalofrió en mi oído. Desperté y vi demasiado cerca para mi gusto a Gustav. De seguro mi madre le había dejado pasar, me levante y me hice para atrás sin ver que ya no había más cama. Obviamente me fui de cabeza y caí sintiendo los huesos de mi espalda tronar y el ruido de mi cabeza estampándose en el piso. Puse una cara de "esto no me esta pasando".
Me levante y miré me sacudí, para poder empezar a despotricar en contra del otro.
-¡Maldita sea Gustav! ¿No puedes despertarme de una mejor manera? Casi me das un susto de muerte joder...- Me revolví el cabello con claro disgusto y pasé a su lado sin realmente ver su expresión estaba seguro de que se estaba riendo. Un furioso sonrojo apareció en mi rostro y me pose enfrente del armario para sacar un abrigo y una bufanda. Me los puse en el momento, observando que aun estaba descalzo. Busque con la mirada mi zapatos o tenis.
-¿De que se supone que será la película?- Le miré esperando que mis peores pesadillas no se hicieran realidad. Odiaba las películas de terror y eso no era algo de lo que la gente estuviese al tanto.

En cuanto le oí supe que si alguien viese como grito como niña en ese tipo de películas no sería el. Observe como se iba y suspire ¿En serio terror? Había pensado que por el carácter del rubio yo tuviese que ver algo romántico y lleno de comedia. Suspiré con mucha tristeza.
En cuanto llegue a donde el estaba observé que estaba lloviendo.
-Maldito clima extraño, se suponía que hace un momento estaba bien. Iré por una sombrilla, espera un poco.
Subí de nuevo las escaleras y me metí al ático, encontré una para mi pero no para Gustav. Supuse que compartiríamos la que tenía en manos, baje de nuevo y se la dí en la mano con un gesto de aburrimiento.
-Toma, tu la sostendrás, eres ligeramente más alto por lo que si la sostengo yo te tendrías que agachar. No encontré otra así que...
Oí la voz de mi madre. Voltee con algo de velocidad. Ella me miro para después extender un poco de dinero.
-No lo quiero, se supone que Gustav pagara.
-¡Izar! Son amigos pero no tienes porque aprovecharte.
Con un gesto de desgano tome el dinero.
-Vamos, será mejor que salgamos ahora antes de que empiece a llover con más fuerza.- Me despedí de mi madre con un beso en la frente y ella sólo asintió.

Estaba apretando mi mano con fuerza y después de ello me dio varios besos ¿Qué se creía? Si quería que lo golpeara hasta que se le quitaran las ganas de decir y hacer tantas incesanteces lo estaba logrando, nunca había conocido a alguien que lograra sacarme de mis casillas con tanta facilidad.

Estuve a punto de golpearle pero me contuve cuando oí como un grito escalofriante de oía en la sala, solté la mano del otro y salté encima de él abrazándole con fuerza, mientras escondía mi cabeza y temblaba por el susto. Observé como la escena pasaba, estaba a punto de soltarme cuando nuevamente se veía como un hombre maniático de escondía detrás de la mujer esperando por ella. Me apreté con más fuerza al otro.

Si bien, no era como si siempre le hubiese tenido miedo a ese tipo de cosas pero cuando tenía doce me tope con una película que era recomendada sólo para mayores de edad por la cantidad de escenas perturbantes. Probablemente desde ese entonces ya no había querido ver nada de terror por el miedo que me provoco aquella película.

-No digas nada estúpido o te pateo y me voy a abrazar a otro.- Dije realmente no muy seguro de poder hacer en mi posición. -Aún temblaba mientras hacía el intento por ver aquellas escenas que me causaban temor ¿Era estúpido? Probablemente pero, primero estaba mi estúpido honor. Había tenido ganas de gritar en varias ocasiones y me había contenido en todas.

Sabía de sobra que era una posición muy extraña en la que estábamos pero... francamente tenía miedo. Por ahora no era opción soltar al otro, oí que me decía que nos podríamos ir en cualquier momento y estaba meditando bastante esa opción pero por otra parte el hecho de que mi orgullo sabía sido tirado por la basura el día de hoy hacía que no tomara una decisión. Suspire con pesadez, ahora mismo mis ojos estaban centrados en esa película y a pesar de que aún temblaba intentaba no hacerlo.
Finalmente por la mitad donde observe una escena peculiarmente fuerte y al parecer no sólo fuera para mi, fue como me digne a levantarme de donde estaba y miré con ojos casi llorosos al otro, estaba seguro de que me había puesto un tanto rojo por el esfuerzo que hacía por no llorar o gritar. -Quiero irme, tengo miedo. No me gustan las películas de terror, hice todo lo que estuve en mis manos pero parece que aún no las soporto.
Comencé a caminar a la salida sin observar si el otro me seguía. Una vez fuera me recargue en una pared y me deje caer poco a poco hasta quedar sentado en el piso, pase mi mano por mi frente al parecer incluso había sudado. Suspire y recordé como me había lanzado a los brazos del otro, me sonroje bastante pensando lo vergonzoso que había sido. En mi vida de repetía una experiencia así, llevaba años ocultado mi miedo por ese tipo de películas y al parecer ahora el rubio molesto lo sabía. Me sentía de alguna manera mal pero de otra bien. Confianza.
Si algo era seguro es que era demasiado transparente con ese chico.
Levante la vista y observé a Gustav. No tenía nada que me pareciera especialmente diferente de las demás personas pero al parecer yo actuaba de manera diferente con el.
-Tengo hambre, vayamos a comer o algo así...