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PROYECTOS FINALIZADOS○ Yumeiro Button ○ Tsubakikasa Tricolor PROYECTOS EN EMISION○ Diabolik Lovers Capitulo 1 ○ The Chronicle Of Seven Prologo PROYECTOS EN PROCESO○ Mako to Aki-chan no Koigokoro Capitulo 1 ○ Otogi Taisen Fantasma Capitulo 1 ○ Toushu-Sama Wa Itazura Ga Osuki Capitulo 1 ○ Idol-sama No Onikiri [One Shot] ○ The Chronicle Of Seven Capitulo 1 ○ Diabolik Lovers Capitulo 2
[Biografia] J. R. R Tolkien
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[Biografia] J. R. R Tolkien
J. R. R Tolkien
John Ronald Reuel Tolkien
(Bloemfontein, Sudáfrica, 1892 - Bournemouth, Reino Unido, 1973) Escritor británico de origen sudafricano mundialmente conocido como autor de El señor de los anillos (1954-1955), un verdadero clásico de la literatura fantástica. Aunque el autor ya era sobradamente conocido, en fechas recientes su obra ha alcanzado una difusión todavía mayor gracias a las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson.
Hijo de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra. La conversión de la madre al catolicismo lo marcó profundamente. Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, enseñó primero lengua inglesa en la Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.
Tras publicar algunos ensayos (Sir Gawain y el caballero verde, 1925; Beowulf, 1936), inició la creación de una personal mitología inspirada en la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la novela El hobbit (1937) narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos.
El hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se concretó en la trilogía de El señor de los anillos (1954-1955), dividida en tres volúmenes: La comunidad del anillo (1954), Las dos torres (1954) y El retorno del rey (1955). Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la «alta fantasía».
Adaptaciones cinematográficas de la obra de Tolkien
Varias obras de Tolkien han sido adaptadas al cine, empezando por la adaptación animada por Rankin/Bass de la novela El hobbit en 1977. Al año siguiente Ralph Bakshi dirigió El Señor de los Anillos, una adaptación incompleta también para el cine de animación de la novela en tres volúmenes. El equipo de la Rankin/Bass responsable de El hobbit creó en 1980 un especial animado de televisión titulado El retorno del Rey, que incluía una recapitulación ultrabreve de los dos primeros tomos de El Señor de los Anillos, y que se presentó como una continuación de su película de 1977.
Más de veinte años después, New Line Cinema y el director neozelandés Peter Jackson crearon la adaptación más exitosa de El Señor de los Anillos, en una trilogía de películas protagonizadas por Elijah Wood, Viggo Mortensen, Sean Astin, Christopher Lee, Andy Serkis, Liv Tyler e Ian McKellen, estrenadas en los años 2001, 2002 y 2003.
Posteriormente, los mismos New Line Cinema y Peter Jackson (aunque durante un tiempo se barajó la dirección del mexicano Guillermo del Toro) abordaron la adaptación también de El hobbit en una trilogía de películas, dos de las cuales se estrenarán en 2012 y 2013.
Sobre sus libros
El primer poema que Tolkien consiguió publicar fue «La batalla del Campo del Este», en 1911, cuando Tolkien tenía una edad de diecinueve años.
Desde hacía tiempo, Tolkien estaba interesado en el inglés antiguo o anglosajón y se había dedicado a leer varias obras en esta lengua, entre ellas, el poema Christ II de Cynewulf; dos líneas de éste le
Ofer middangeard monnum sended Salve, Earendel, el más brillante de los ángeles.
Enviado a los hombres sobre la tierra media
Christ II, de Cynewulf.
En 1914, inspirado por estas líneas, Tolkien escribió el poema «El viaje de Eärendel, la estrella vespertina», que narraba el viaje por el cielo del marinero Eärendel, más tarde convertido en Eärendil.
Tolkien continuó escribiendo numerosos poemas, algunos de ellos relacionados con su legendarium y que más tarde serían incluidos por su hijo Christopher en los volúmenes de La historia de la Tierra Media. En 1917, cuando estaba ingresado en el hospital por culpa de una enfermedad contraída durante la Primera Guerra Mundial, Tolkien comenzó a trabajar en otros poemas que se convertirían en la base de las historias principales de El Silmarillion: «El cuento de Tinúviel», «Turambar y el Foalókê», y «La caída de Gondolin»;54 con el paso de los años, estos poemas se convirtieron en textos en prosa que evolucionaron hasta las historias de Beren y Lúthien, Los hijos de Húrin y La caída de Gondolin, respectivamente.
En 1953 publicó con bastante éxito el poema «El regreso de Beorhtnoth, hijo de Beorhthelm», aunque ya estaba terminado desde 1945. Escrito en verso aliterado, se trata de una continuación del inacabado poema anglosajón La batalla de Maldon.
En 1961, una tía de Tolkien le pidió que escribiera un libro dedicado a Tom Bombadil, un personaje que aparece en El Señor de los Anillos. Aunque sólo los dos primeros poemas están dedicados a dicho personaje, Tolkien tituló el poemario como Las aventuras de Tom Bombadil y otros poemas de El Libro Rojo, e incluyó en él otros poemas datados de la década de 1920.
J. R. R. Tolkien acostumbraba desde siempre a narrar historias a sus propios hijos, por los motivos más diversos. Así, concibió el relato de Roverandom en 1925, como un cuento para sus hijos John (ocho años) y Michael (cinco) durante unas vacaciones. Michael estaba muy encariñado aquel verano de uno de sus juguetes: un perrito en miniatura, de plomo pintado de blanco y negro. Desafortunadamente, un día paseando por la playa con su padre, lo dejó en el suelo para jugar y lo perdió. Aunque John y sus dos hijos mayores pasaron horas buscándolo, no fue posible recuperarlo, por lo que Tolkien imaginó la historia que hoy conocemos como Roverandom para consolar al pequeño Michael.
Se trata de un cuento infantil que narra la historia de un perrito llamado Rover que muerde a un brujo, por lo que éste le castiga convirtiéndole en juguete. Un niño compra ese juguete, pero lo pierde en la playa. Entonces, el hechicero de la arena le hace vivir aventuras desde la Luna hasta el fondo del mar.
Este cuento no fue publicado hasta 1998, de manera póstuma.
Tolkien escribió un breve esquema de su mitología del que los cuentos de Beren y Lúthien y el de Túrin formaban parte, y ese esquema fue evolucionando hasta convertirse en el «Quenta Silmarillion», una historia épica que Tolkien comenzó tres veces pero nunca publicó. Tolkien confiaba en publicarla al abrigo del éxito de El Señor de los Anillos, pero a las editoriales (tanto a Allen & Unwin como a Collins) no les convenció; puesto que, además, los costes de impresión eran muy altos en la posguerra.58 La historia de esta continua reescritura se cuenta en la serie póstuma de La historia de la Tierra Media, editada por el hijo de Tolkien, Christopher. Desde 1936, aproximadamente, Tolkien empezó a extender su marco de trabajo para abarcar la narración de la caída de Númenor («Akallabêth»), inspirada en la leyenda de la Atlántida. No fue hasta 1977, de manera póstuma, que los escritos que componen El Silmarillion vieron la luz, recopilados y editados por Christopher Tolkien. A los relatos mencionados («Quenta Silmarillion» y «Akallabêth»), se añadieron para la publicación otros más breves, de los primeros y los últimos tiempos de la Tierra Media: «Ainulindalë», «Valaquenta» y «De los Anillos de Poder y la Tercera Edad».
Tolkien nunca había esperado que sus historias se volvieran populares pero, por casualidad, otro libro que había escrito en 193259 para sus propios hijos y al que había llamado El hobbit pasó de mano en mano sin el permiso del autor hasta llegar a Susan Dagnall, una empleada de la editorial londinense George Allen & Unwin.60 Ésta le enseñó el libro al presidente de la empresa, Stanley Unwin, quien se lo dio a su hijo pequeño, Rayner, para que lo leyera; la historia le gustó tanto que decidieron publicarlo.
En este libro se narran las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón que, junto con el mago Gandalf y una compañía de enanos, se verá envuelto en un viaje para recuperar el reino de Erebor, arrebatado a los enanos por el dragón Smaug.
Si bien se trata de una historia infantil, el libro atrajo también la atención de lectores adultos y se hizo lo suficientemente popular como para que Stanley Unwin le pidiera a Tolkien que trabajara en una secuela, más tarde conocida como El Señor de los Anillos.
Aunque no se encontraba inspirado para tratar el tema, la petición de Stanley Unwin de una secuela para El hobbit impulsó a Tolkien a comenzar la que sería su obra más famosa, El Señor de los Anillos, una novela de fantasía épica subdividida en tres volúmenes y publicada entre 1954 y 1955. Tolkien invirtió más de diez años en la creación de la historia y los apéndices de la novela, tiempo durante el cual recibió el apoyo constante de los Inklings, en particular de su amigo más cercano, C. S. Lewis, al que prestaba o leía los borradores que iba escribiendo para que los juzgara.61 62 Tanto los acontecimientos de El hobbit como los de El Señor de los Anillos están enmarcados en el contexto de El Silmarillion, pero en una época bastante posterior.
La intención original de Tolkien al empezar a escribir El Señor de los Anillos era que éste fuera un cuento para niños al estilo de El hobbit,63 pero poco después recordó el anillo encontrado por Bilbo Bolsón y decidió centrar la historia en torno a él y su devenir, convirtiéndose en un escrito más oscuro y serio; por ello, a pesar de ser una continuación directa de El hobbit, fue dirigido a un público más maduro. Por otro lado, Tolkien aprovechó más en esta novela la inmensa historia de Beleriand, que había ido construyendo en años anteriores y que finalmente fue publicada de forma póstuma en el El Silmarillion y otros volúmenes.
El Señor de los Anillos se volvió tremendamente popular en la década de 196064 y se ha mantenido así desde entonces, situándose como una de las obras de ficción más populares del siglo XX a juzgar por sus ventas y las encuestas de lectores, como la realizada por las librerías Waterstone's de Reino Unido y la cadena de televisión Channel 4, que eligió a El Señor de los Anillos como el mejor libro del siglo.
Su pasión por los idiomas comenzó a los 8 o 9 años de edad, cuando se deleitaba con el sonido del latín en los labios de su madre o se entretenía con su prima Mary inventando sus propias lenguas, como el «animálico» o el «nevbosh» (‘nuevo disparate’). Algo más tarde creó el «naffarin» (basado en el español que aprendía con la ayuda del padre Morgan). Después descubriría el gótico, el galés y el finlandés, base de sus grandes creaciones: el sindarin, la lengua de los sindar, y, sobre todo, el quenya, la lengua de los noldor; alentado por sus profesores Kenneth Sisam, catedrático de instituto en Literatura Comparada y con quien competiría por la cátedra de Anglosajón en el Merton College de la Universidad de Oxford, y Robert Gilson, quienes descubrieron en él a un gran filólogo.
Su carrera académica y su producción literaria son inseparables de su amor hacia el lenguaje y la filología. Se especializó en la filología del griego durante la universidad y en 1915 se graduó con nórdico antiguo como materia especial. Trabajó para el Oxford English Dictionary desde 1918. En 1920, fue a Leeds como profesor de Inglés, donde reclamó crédito por aumentar el número de estudiantes en lingüística de cinco a veinte. Dio cursos sobre el verso heroico en inglés antiguo, historia del inglés, varios textos en inglés antiguo y medio, filología del inglés antiguo y medio, filología introductoria a germano, gótico, nórdico antiguo y galés medieval. Cuando en 1925, con treinta y tres años, Tolkien solicitó el profesorado en anglosajón de Rawlinson y Bosworth, presumió de que sus estudiantes de filología germana de Leeds habían formado un «Club Vikingo».
Privadamente, Tolkien estaba atraído por «cosas de significación racial y lingüística», y contempló nociones de un heredado gusto por el lenguaje, donde calificó a la «lengua nativa» como opuesta a la «lengua materna» en su conferencia «El inglés y el galés», que es crucial para entender su concepto de la raza y el lenguaje. Consideraba el inglés medio de los Midlands Occidentales su «lengua nativa», y, como le escribió a Wystan Hugh Auden en 1955,67 «Soy de los Midlands Occidentales por sangre (y tomé el inglés medio de estos como una lengua conocida tan pronto como posé mis ojos sobre ellos)».
Paralelamente a su trabajo profesional como filólogo, y algunas veces eclipsándolo hasta el extremo de que su producción académica permaneciera bastante escasa, estaba su afecto por la construcción de lenguas artificiales. Las de mayor desarrollo eran el quenya y el sindarin. El lenguaje y la gramática para Tolkien fueron una cuestión de estética y eufonía, y el quenya en particular fue diseñado por consideraciones «fonoestéticas»; fue previsto como un «elfolatín», y estaba basado fonológicamente en el latín, con ingredientes del finés y el griego.68 Una notable adición vino a fines de 1954 con el adunaico de Númenor, una lengua de «un sabor ligeramente semítico», conectada con el mito tolkieniano de la Atlántida, el cual por medio de «Los papeles del Notion Club» se ata directamente dentro de sus ideas sobre la heredabilidad del lenguaje, y a través de la Segunda Edad del Sol el mito de Eärendil fue asentado en el legendarium, de este modo proveyendo un enlace al «mundo real y primordial» del siglo XX de Tolkien con el pasado mitológico de la Tierra Media.
Tolkien considera los lenguajes inseparables de la mitología asociada con ellos, y consecuentemente tomó tenue vista de las lenguas auxiliares: en 1930 un congreso de esperantistas escucharon esto de él, en su conferencia «Un vicio secreto», «La construcción de su lenguaje engendrará una mitología», pero en 1956 concluyó que el «volapük, esperanto, ido, novial, etc., están muertos, más que otras lenguas ancestrales no utilizadas, debido a que sus autores nunca inventaron ninguna leyenda en esperanto».69
La popularidad de los libros de Tolkien ha tenido un pequeño pero duradero efecto en el uso del lenguaje en la literatura fantástica en particular, e incluso en importantes diccionarios, que hoy en día comúnmente aceptan el restablecimiento tolkiano de las palabras dwarves (enanos) y elvish (élfico) (en contraposición a dwarfs y elfish), que no habían estado en uso desde mitad aproximadamente el siglo XIX. Otros términos que ha acuñado, tales como legendarium y eucatástrofe son mayormente usados en conexión con su trabajo.
John Ronald Reuel Tolkien
(Bloemfontein, Sudáfrica, 1892 - Bournemouth, Reino Unido, 1973) Escritor británico de origen sudafricano mundialmente conocido como autor de El señor de los anillos (1954-1955), un verdadero clásico de la literatura fantástica. Aunque el autor ya era sobradamente conocido, en fechas recientes su obra ha alcanzado una difusión todavía mayor gracias a las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson.
Hijo de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra. La conversión de la madre al catolicismo lo marcó profundamente. Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, enseñó primero lengua inglesa en la Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.
Tras publicar algunos ensayos (Sir Gawain y el caballero verde, 1925; Beowulf, 1936), inició la creación de una personal mitología inspirada en la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la novela El hobbit (1937) narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos.
El hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se concretó en la trilogía de El señor de los anillos (1954-1955), dividida en tres volúmenes: La comunidad del anillo (1954), Las dos torres (1954) y El retorno del rey (1955). Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la «alta fantasía».
Adaptaciones cinematográficas de la obra de Tolkien
Varias obras de Tolkien han sido adaptadas al cine, empezando por la adaptación animada por Rankin/Bass de la novela El hobbit en 1977. Al año siguiente Ralph Bakshi dirigió El Señor de los Anillos, una adaptación incompleta también para el cine de animación de la novela en tres volúmenes. El equipo de la Rankin/Bass responsable de El hobbit creó en 1980 un especial animado de televisión titulado El retorno del Rey, que incluía una recapitulación ultrabreve de los dos primeros tomos de El Señor de los Anillos, y que se presentó como una continuación de su película de 1977.
Más de veinte años después, New Line Cinema y el director neozelandés Peter Jackson crearon la adaptación más exitosa de El Señor de los Anillos, en una trilogía de películas protagonizadas por Elijah Wood, Viggo Mortensen, Sean Astin, Christopher Lee, Andy Serkis, Liv Tyler e Ian McKellen, estrenadas en los años 2001, 2002 y 2003.
Posteriormente, los mismos New Line Cinema y Peter Jackson (aunque durante un tiempo se barajó la dirección del mexicano Guillermo del Toro) abordaron la adaptación también de El hobbit en una trilogía de películas, dos de las cuales se estrenarán en 2012 y 2013.
Sobre sus libros
El primer poema que Tolkien consiguió publicar fue «La batalla del Campo del Este», en 1911, cuando Tolkien tenía una edad de diecinueve años.
Desde hacía tiempo, Tolkien estaba interesado en el inglés antiguo o anglosajón y se había dedicado a leer varias obras en esta lengua, entre ellas, el poema Christ II de Cynewulf; dos líneas de éste le
Ofer middangeard monnum sended Salve, Earendel, el más brillante de los ángeles.
Enviado a los hombres sobre la tierra media
Christ II, de Cynewulf.
En 1914, inspirado por estas líneas, Tolkien escribió el poema «El viaje de Eärendel, la estrella vespertina», que narraba el viaje por el cielo del marinero Eärendel, más tarde convertido en Eärendil.
Tolkien continuó escribiendo numerosos poemas, algunos de ellos relacionados con su legendarium y que más tarde serían incluidos por su hijo Christopher en los volúmenes de La historia de la Tierra Media. En 1917, cuando estaba ingresado en el hospital por culpa de una enfermedad contraída durante la Primera Guerra Mundial, Tolkien comenzó a trabajar en otros poemas que se convertirían en la base de las historias principales de El Silmarillion: «El cuento de Tinúviel», «Turambar y el Foalókê», y «La caída de Gondolin»;54 con el paso de los años, estos poemas se convirtieron en textos en prosa que evolucionaron hasta las historias de Beren y Lúthien, Los hijos de Húrin y La caída de Gondolin, respectivamente.
En 1953 publicó con bastante éxito el poema «El regreso de Beorhtnoth, hijo de Beorhthelm», aunque ya estaba terminado desde 1945. Escrito en verso aliterado, se trata de una continuación del inacabado poema anglosajón La batalla de Maldon.
En 1961, una tía de Tolkien le pidió que escribiera un libro dedicado a Tom Bombadil, un personaje que aparece en El Señor de los Anillos. Aunque sólo los dos primeros poemas están dedicados a dicho personaje, Tolkien tituló el poemario como Las aventuras de Tom Bombadil y otros poemas de El Libro Rojo, e incluyó en él otros poemas datados de la década de 1920.
J. R. R. Tolkien acostumbraba desde siempre a narrar historias a sus propios hijos, por los motivos más diversos. Así, concibió el relato de Roverandom en 1925, como un cuento para sus hijos John (ocho años) y Michael (cinco) durante unas vacaciones. Michael estaba muy encariñado aquel verano de uno de sus juguetes: un perrito en miniatura, de plomo pintado de blanco y negro. Desafortunadamente, un día paseando por la playa con su padre, lo dejó en el suelo para jugar y lo perdió. Aunque John y sus dos hijos mayores pasaron horas buscándolo, no fue posible recuperarlo, por lo que Tolkien imaginó la historia que hoy conocemos como Roverandom para consolar al pequeño Michael.
Se trata de un cuento infantil que narra la historia de un perrito llamado Rover que muerde a un brujo, por lo que éste le castiga convirtiéndole en juguete. Un niño compra ese juguete, pero lo pierde en la playa. Entonces, el hechicero de la arena le hace vivir aventuras desde la Luna hasta el fondo del mar.
Este cuento no fue publicado hasta 1998, de manera póstuma.
Tolkien escribió un breve esquema de su mitología del que los cuentos de Beren y Lúthien y el de Túrin formaban parte, y ese esquema fue evolucionando hasta convertirse en el «Quenta Silmarillion», una historia épica que Tolkien comenzó tres veces pero nunca publicó. Tolkien confiaba en publicarla al abrigo del éxito de El Señor de los Anillos, pero a las editoriales (tanto a Allen & Unwin como a Collins) no les convenció; puesto que, además, los costes de impresión eran muy altos en la posguerra.58 La historia de esta continua reescritura se cuenta en la serie póstuma de La historia de la Tierra Media, editada por el hijo de Tolkien, Christopher. Desde 1936, aproximadamente, Tolkien empezó a extender su marco de trabajo para abarcar la narración de la caída de Númenor («Akallabêth»), inspirada en la leyenda de la Atlántida. No fue hasta 1977, de manera póstuma, que los escritos que componen El Silmarillion vieron la luz, recopilados y editados por Christopher Tolkien. A los relatos mencionados («Quenta Silmarillion» y «Akallabêth»), se añadieron para la publicación otros más breves, de los primeros y los últimos tiempos de la Tierra Media: «Ainulindalë», «Valaquenta» y «De los Anillos de Poder y la Tercera Edad».
Tolkien nunca había esperado que sus historias se volvieran populares pero, por casualidad, otro libro que había escrito en 193259 para sus propios hijos y al que había llamado El hobbit pasó de mano en mano sin el permiso del autor hasta llegar a Susan Dagnall, una empleada de la editorial londinense George Allen & Unwin.60 Ésta le enseñó el libro al presidente de la empresa, Stanley Unwin, quien se lo dio a su hijo pequeño, Rayner, para que lo leyera; la historia le gustó tanto que decidieron publicarlo.
En este libro se narran las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón que, junto con el mago Gandalf y una compañía de enanos, se verá envuelto en un viaje para recuperar el reino de Erebor, arrebatado a los enanos por el dragón Smaug.
Si bien se trata de una historia infantil, el libro atrajo también la atención de lectores adultos y se hizo lo suficientemente popular como para que Stanley Unwin le pidiera a Tolkien que trabajara en una secuela, más tarde conocida como El Señor de los Anillos.
Aunque no se encontraba inspirado para tratar el tema, la petición de Stanley Unwin de una secuela para El hobbit impulsó a Tolkien a comenzar la que sería su obra más famosa, El Señor de los Anillos, una novela de fantasía épica subdividida en tres volúmenes y publicada entre 1954 y 1955. Tolkien invirtió más de diez años en la creación de la historia y los apéndices de la novela, tiempo durante el cual recibió el apoyo constante de los Inklings, en particular de su amigo más cercano, C. S. Lewis, al que prestaba o leía los borradores que iba escribiendo para que los juzgara.61 62 Tanto los acontecimientos de El hobbit como los de El Señor de los Anillos están enmarcados en el contexto de El Silmarillion, pero en una época bastante posterior.
La intención original de Tolkien al empezar a escribir El Señor de los Anillos era que éste fuera un cuento para niños al estilo de El hobbit,63 pero poco después recordó el anillo encontrado por Bilbo Bolsón y decidió centrar la historia en torno a él y su devenir, convirtiéndose en un escrito más oscuro y serio; por ello, a pesar de ser una continuación directa de El hobbit, fue dirigido a un público más maduro. Por otro lado, Tolkien aprovechó más en esta novela la inmensa historia de Beleriand, que había ido construyendo en años anteriores y que finalmente fue publicada de forma póstuma en el El Silmarillion y otros volúmenes.
El Señor de los Anillos se volvió tremendamente popular en la década de 196064 y se ha mantenido así desde entonces, situándose como una de las obras de ficción más populares del siglo XX a juzgar por sus ventas y las encuestas de lectores, como la realizada por las librerías Waterstone's de Reino Unido y la cadena de televisión Channel 4, que eligió a El Señor de los Anillos como el mejor libro del siglo.
Su pasión por los idiomas comenzó a los 8 o 9 años de edad, cuando se deleitaba con el sonido del latín en los labios de su madre o se entretenía con su prima Mary inventando sus propias lenguas, como el «animálico» o el «nevbosh» (‘nuevo disparate’). Algo más tarde creó el «naffarin» (basado en el español que aprendía con la ayuda del padre Morgan). Después descubriría el gótico, el galés y el finlandés, base de sus grandes creaciones: el sindarin, la lengua de los sindar, y, sobre todo, el quenya, la lengua de los noldor; alentado por sus profesores Kenneth Sisam, catedrático de instituto en Literatura Comparada y con quien competiría por la cátedra de Anglosajón en el Merton College de la Universidad de Oxford, y Robert Gilson, quienes descubrieron en él a un gran filólogo.
Su carrera académica y su producción literaria son inseparables de su amor hacia el lenguaje y la filología. Se especializó en la filología del griego durante la universidad y en 1915 se graduó con nórdico antiguo como materia especial. Trabajó para el Oxford English Dictionary desde 1918. En 1920, fue a Leeds como profesor de Inglés, donde reclamó crédito por aumentar el número de estudiantes en lingüística de cinco a veinte. Dio cursos sobre el verso heroico en inglés antiguo, historia del inglés, varios textos en inglés antiguo y medio, filología del inglés antiguo y medio, filología introductoria a germano, gótico, nórdico antiguo y galés medieval. Cuando en 1925, con treinta y tres años, Tolkien solicitó el profesorado en anglosajón de Rawlinson y Bosworth, presumió de que sus estudiantes de filología germana de Leeds habían formado un «Club Vikingo».
Privadamente, Tolkien estaba atraído por «cosas de significación racial y lingüística», y contempló nociones de un heredado gusto por el lenguaje, donde calificó a la «lengua nativa» como opuesta a la «lengua materna» en su conferencia «El inglés y el galés», que es crucial para entender su concepto de la raza y el lenguaje. Consideraba el inglés medio de los Midlands Occidentales su «lengua nativa», y, como le escribió a Wystan Hugh Auden en 1955,67 «Soy de los Midlands Occidentales por sangre (y tomé el inglés medio de estos como una lengua conocida tan pronto como posé mis ojos sobre ellos)».
Paralelamente a su trabajo profesional como filólogo, y algunas veces eclipsándolo hasta el extremo de que su producción académica permaneciera bastante escasa, estaba su afecto por la construcción de lenguas artificiales. Las de mayor desarrollo eran el quenya y el sindarin. El lenguaje y la gramática para Tolkien fueron una cuestión de estética y eufonía, y el quenya en particular fue diseñado por consideraciones «fonoestéticas»; fue previsto como un «elfolatín», y estaba basado fonológicamente en el latín, con ingredientes del finés y el griego.68 Una notable adición vino a fines de 1954 con el adunaico de Númenor, una lengua de «un sabor ligeramente semítico», conectada con el mito tolkieniano de la Atlántida, el cual por medio de «Los papeles del Notion Club» se ata directamente dentro de sus ideas sobre la heredabilidad del lenguaje, y a través de la Segunda Edad del Sol el mito de Eärendil fue asentado en el legendarium, de este modo proveyendo un enlace al «mundo real y primordial» del siglo XX de Tolkien con el pasado mitológico de la Tierra Media.
Tolkien considera los lenguajes inseparables de la mitología asociada con ellos, y consecuentemente tomó tenue vista de las lenguas auxiliares: en 1930 un congreso de esperantistas escucharon esto de él, en su conferencia «Un vicio secreto», «La construcción de su lenguaje engendrará una mitología», pero en 1956 concluyó que el «volapük, esperanto, ido, novial, etc., están muertos, más que otras lenguas ancestrales no utilizadas, debido a que sus autores nunca inventaron ninguna leyenda en esperanto».69
La popularidad de los libros de Tolkien ha tenido un pequeño pero duradero efecto en el uso del lenguaje en la literatura fantástica en particular, e incluso en importantes diccionarios, que hoy en día comúnmente aceptan el restablecimiento tolkiano de las palabras dwarves (enanos) y elvish (élfico) (en contraposición a dwarfs y elfish), que no habían estado en uso desde mitad aproximadamente el siglo XIX. Otros términos que ha acuñado, tales como legendarium y eucatástrofe son mayormente usados en conexión con su trabajo.
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