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Decisiones

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Mensaje por Akirotto-Sama Lun Mayo 20, 2013 12:29 am

Decisiones
Historia Original de Francisco Javier Morales Rangel “Akirotto-Sama”

Capitulo 1: La Orquídea Guía


La veo a lo lejos
--Mikami-san ¿Me ayudas?--
Sonriéndole a alguien, pero no soy yo
--Hikari-sama… está bien, solamente deja que termine mi almuerzo--
Me da una rabia, esa sonrisa es para mí
--Es en el sótano de la escuela, descuida yo te cuidare--
Maldición, le ha tomado de la mano y ella sabe que eso me molesta mucho ¿Por qué, por qué? Eso es jugar sucio, esto no es justo.

Esto es totalmente injusto ¿Por qué tuviste que entrar en mi vida Mikami? ¿Por qué tenias que llegar? Todo estaba tan claro cuando tú no estabas… maldita seas, maldito sea tu bello rostro, maldita sea tu bella forma de tratar a la gente, maldita sea la hora en la que me enamoré de ti… si no estuviéramos en la escuela te escupiría en la cara. ¿Sabes qué es lo peor de todo? Que la entrometida de Hikari, también se ha enamorado de ti ¿Qué oportunidad tengo con una chica tan popular? ¡Ninguna! Soy tan simple, me quiero morir, ya no quiero verte junto a ella, me quema y corroe mis entrañas… me duele el corazón.

Todo empezó cuando inicio el segundo curso del colegio, en este colegio tan hermoso y lleno de jardines con flores de todo tipo, se notaba que es solamente para señoritas; los uniformes siempre elegantes y de corte fino, azul marino obscuro, pliegues perfectos, en fin. Yo estaba por entrar y en el camino me encontré a mis amigas de clase, como siempre, son las únicas que me apoyan y me quieren, ya que, soy una chica un poco torpe, despistada, insegura… soy un desastre total.

--Hola Montserrat, buenos días--
--Hola Minako, buenos días y buenos días Midori--
--¡Buenos días mi “monita”!--
--Midori… no me digas MONITA, me haces sentir extraña-- además hace que me sonrojé demasiado.
--Oye Montserrat, escuche que hoy entrará una nueva estudiante a nuestro grupo--
--¿Una nueva estudiante, de dónde vendrá?-- me pregunte en voz alta
--Yo escuche rumores de que llega de Osaka-- dijo Midori
--Oye Minako ¿Cómo sabes que entrará al Salón de las Zarzamoras?-- le pregunte con entusiasmo
--Nuestra líder, Hikari, la escuche decírselo a sus compañeras del consejo--

Ese nombre siempre lo he escuchado desde que ingrese al colegio, además de ser líder del salón de las zarzamoras, era parte del consejo estudiantil de las 6 casas: Zarzamora, Fresa, Melocotón, Bellota, Manzanilla y Naranja. Esa chica era y es, muy popular, podría decirse que hasta la aman como una diosa, yo simplemente le tengo respeto, pues, es nuestra líder de casa y líder suprema del consejo estudiantil.

Ya en la hora del almuerzo, el comedor se llena de chicas de todas las casas, donde hay tregua, nadie compite, no hay rivalidades y no hay rangos, solamente las integrantes del consejo se reúnen en otra habitación.
--Aun que comienzo mi segundo año, no me acostumbro al “Gran Comedor de la Intermisión”-- le dije a Midori, en cuanto tomamos una mesa para almorzar
--Si, lo mismo pienso MONITA--
--Es increíble, cuando estamos en nuestras casas respectivas, nuestras actitudes cambian y aquí, todas somos iguales--
--Menos las del consejo... ¿Por qué ellas solamente hacen eso?--
--Porque de seguro hablan de cosas importantes que aun, nosotras no debemos saber MONITA--
Volteo a ver a Midori, la tomo de sus mejillas y se las estire muy fuertemente
--No me llames MONITA y menos aquí Midori--
--Esta bien… pero ya suéltame--
--JAJAJAJA, ustedes dos son incorregibles-- dijo Minako.

Después del almuerzo, es costumbre pasar por los platos de las “sempai”, aunque, a nosotras nos tocaba de nuevo hacerlo, las chicas de primer grado, lo hicieron con nosotras… es una sensación rara, como si te tuvieran respeto, de hecho, las chicas que lo hicieron, se ponían rojas con Midori y Minako, la mía solamente se limito a sonreírme, me sentí un poco excluida, pero no paso nada. Ya casi era el momento de recibir a la chica nueva en la sala principal de la casa, donde se hace una ceremonia diferente, ya que cuando entras desde primer grado, te obsequian una Orquídea, una fiesta en el salón principal lo cual haces que convivas con todos los grados y un árbol genealógico, donde te dice que puedes pertenecer a varias “Familias” dentro de la casa, cada Familia o salón de estudios tiene a una líder, la líder escoge a su sucesora y cuando eso pasa, ella le entrega una Orquídea color azul turquesa, además de una gran responsabilidad.

En el caso de este tipo de ingreso al colegio, se hace una presentación social a la casa, la líder le entrega el árbol y la llave de su nuevo cuarto, posteriormente la líder, escoge a alguien que le entregue la Orquídea, pero ese alguien, deberá cuidar y proteger a la nueva “Familiar” de día y de noche, durante medio ciclo escolar, explicarle todo para que se familiarice. ¿Los cuartos? Es cierto, no les he dicho, solamente podemos salir a visitar a nuestra familia en vacaciones de verano e invierno, aunque podemos decidir quedarnos.

El colegio es inmenso, es, como un pueblo pequeño, situada en las afueras de la ciudad, aunque tiene pinta de ser muy costosa, no lo es, puedes trabajar y estudiar en ese pequeño pueblo de fantasía que esta dentro del colegio.
--¿MMM?--
--¿Qué pasa Montserrat?--
--Es raro, mi pupitre tiene un paquete encima--
--¿Qué es MONITA? Creo que ya tienes admiradora--
--¡No seas burlona!... no tiene remitente--
--Pues ábrelo Montserrat-- cuando lo abrí, cual fue la sorpresa y la reacción de las 3, que hizo que muchas compañeras pusieran su atención hacia nosotras.
--Es… es… es… Glup, una…-- no podía reaccionar, estaba en shock
--¡¡Es una Orquídea Montserrat!!-- dijeron al mismo tiempo mis amigas
--¡¿Pero qué?!--
En cuanto escucharon eso, todas las compañeras del salón se acercaron para observar, para muchas era increíble, otras susurraban y sonreían, otras solamente decían <>
--¡¡Que Psyco MONITA!!--
--¿Por qué yo?-- decía aun en shock.

Paso una hora y por el altavoz de la Casa Zarzamora se escucho el llamado a la Sala Principal Zarzamora, yo, no quería ir, estaba muy nerviosa, solamente mis amigas me jalaban y me empujaban para llegar tras la cortinilla del escenario de la Sala Principal, se despiden y se van para tomar asiento. Todas se ponen de pie cuando entra nuestra líder, Hikari, siempre se veía elegante con el uniforme, pulcra, recatada y muy femenina, como una chica de sociedad opulenta.
--Sentadas por favor, comenzamos la ceremonia de iniciación a nuestra familia, una familia unida, llena de artistas, hermandad y amor, el amor, lo que nos distingue de las demás casas, antes de presentar a la nueva integrante, presentaré a la “Portadora de la Orquídea Guía”--
Todas aplauden, yo estaba hecha un manojo de nervios, pero respire profundo, tragué saliva y camine hacia Hikari, derecha, firme, decidida, pero… me caí, todas se rieron, yo estaba muy avergonzada y roja de la cara, casi estropeo la Orquídea.

Hikari se acerco y me ayuda a levantarme
--No te pongas nerviosa mi “Monse”-- me susurro al oído
--Lo siento, soy una torpe ¿Por qué me escogió, soy una atolondrada?--
--Luego te explico, ahora no es el momento, venga, levántate y compostura--
Me dijo muy calidamente, le sonreí y me pare, sacudí mi uniforme y tome la Orquídea
--Nuestra “Portadora de la Orquídea Guía” pasará a ser la “Orquídea Guía Zarzamora”, Kowayashi Montserrat de segundo grado-- y muchas me observaban, me sentía muy extraña, me miraban con respeto y admiración, nunca pensé que obtendría esto, creía que pasaría mis 6 años aquí solamente con mis amigas
--Ahora, recibamos con mucho amor a nuestra nueva familiar, la Señorita Ozu Mikami-- y es cuando entra ella, bella de pies a cabeza, cabello largo y castaño, mirada dulce, su fleco le tapaba uno de sus ojos azules, entro muy nerviosa al palco, y también se cae, igual que yo.

--¡¿Estas bien?!-- dijimos al mismo tiempo, Hikari y yo, ella nos observo y ríe un poco, después un poco ruborizada nos dice
--Si, estoy bien, lo siento soy un poco torpe-- su voz, era tan dulce, encantadora, la tome de su mano y la ayude, al igual hizo Hikari. Las tres nos vimos, nos ruborizamos y reímos en frente de todas; muchas no entendían, pero lo que era seguro, es que se sorprendieron al ver a Hikari tan expresiva, tan llena de vida, esa ceremonia se hizo inusual, fuera de muchos protocolos. Después Hikari le dio el árbol genealógico, la llave de su cuarto y un regalo extra, creo que era un libro de poemas; las demás compañeras también hicieron un pequeño obsequio, para su nuevo cuarto, al último yo le entregue la Orquídea y tenía que decir unas palabras, bueno, leer unos votos de confianza para la nueva familiar:

De hermana a hermana, de todo corazón
Deseo que tu estancia en nuestra familia
Te sea muy grata.

Yo confío en ti, ciegamente,
Firmemente y amorosamente,
De hermana a hermana,
De corazón a corazón
Yo te guiaré, te ayudaré, te protegeré
De todo mal y toda maldad.

Mi amor te guiará, mi amor te ayudará
En los momentos más tristes
Contaras conmigo,
En los momentos más felices
Estaré orgullosa.

De hermana a hermana,
Que nuestro camino juntas
Dure por siempre y para siempre.


Entrego la Orquídea y todas las chicas aplauden de pie, yo estaba contenta por un cargo tan importante, mis amigas estaban muy contentas ya que por primera vez, no metí la pata. Estos votos tenía que decírselos de frente a Mikami, tomándola de las manos y ambas sosteniendo la Orquídea, cuando le dije los votos… fue extraño, ya que todo se desapareció, entramos a otra dimensión, pero, me sentía muy contenta, feliz, una conexión diferente a mis amigas, mi corazón latía muy rápido, pero todo se borro en cuanto termine y sentí la mirada de Hikari. Una mirada un tanto fría.

Cuando termino la ceremonia, estaba aliviada, se me fue la presión que imponía el gran salón con todas las chicas, mis amigas me felicitaron, pero, hicieron fila todas las compañeras de la casa, solamente para felicitarme y desearme suerte. Es extraño, yo pensaba que no me conocían del todo. Realmente éramos una gran familia.

Minutos después me dirigía a mi cuarto, quería dejar algunos regalos que me dieron y quería descansar, despejar mi mente, pero en la entrada de mi cuarto estaba Mikami, con todas sus cosas que le obsequiaron, notó mi presencia y me ofrece una ligera pero calida sonrisa
--Hola-- maldita sea, se veía tan hermosa como ahora
--Hola… ¿Mikami-san, cierto?-- le dije con una sonrisa muy nerviosa
--Llámame solamente Mikami, sin tantas formalidades ¿Sí?-- que dulce y elegante es su voz, tan delicada, en ese instante me ruborice y me puse nerviosa ¿Por qué me estaba esperando? Hasta que recordé y salí del encanto de su sonrisa
--Es verdad, ¿Quieres que te acompañe a tu nuevo cuarto?-- casi se me caían las cosas que llevaba cargando
--Primero, te ayudo a dejar estas cosas a tu cuarto ¿Sí?--

Me ayudo, abrimos la puerta y pasamos para dejar mis obsequios, generalmente tengo mi cuarto ordenado, pero esa vez… fue muy vergonzoso
--¿Te gustan los peluches Onee-sama?--
--Discúlpame, generalmente tengo ordenado mi cuarto… es vergonzoso, los peluches, si me gustan, pero a veces pienso que me hacen ver como una niña todavía--
--A mi me encantan, son muy tiernos… así que descuida Onee-sama--
--No me digas Onee-sama, somos de la misma edad, mejor llámame Montserrat ¿De acuerdo?-- y sonreímos juntas, al parecer, sin darnos cuenta hemos congeniado a la perfección. Una conexión realmente buena. En cuanto salimos de mi cuarto estaba esperándonos Midori, ya entre sus brazos estaban unas cosas
--¿Y bien? Vamos a conocer el cuarto de la nueva familiar--
--¿Midori, nos vas a ayudar?--
--Claro MONITA, pero primero preséntame con tu nueva “Lazo de Hermandad”--
Como le encanta decirme así
--¡¡Que no me llames MONITA haces que me ruborice!!--
Risas.

--Mikami ella es Hattori Midori, es mi amiga desde que ingresamos al colegio “ST Tail”--
--¡OH! Mucho gusto, yo soy Ozu Mikami--
--¡Mucho gusto hermana! Bueno pues, vamos al cuarto a dejar sus obsequios y para ayudar a arreglar su cuarto--
--Midori, no te ofendas, pero solamente puedes ayudarnos a llevar esto, mi responsabilidad es ayudar en todo lo demás--
--Venga MONITA ¿Cuántas veces me he molestado? Venga ya--
Y así nos dispusimos a ir con todo los paquetes y regalos, el camino no era muy largo, pero si me iba sola con Mikami, estaba segura de que no sabría de que charlar, por lo tanto Midori, como es su costumbre, hablo y hablo, parecía un loro sin educación. Sin embargo Mikami, sonreía, reía, se sentía muy cómoda, eso me hizo sentir aliviada <> pensaba.

Su cuarto era muy espacioso, lleno de luz, la colocación de las ventanas eran apropiadas, el color de las paredes, la alfombra, la cama, el closet, todo estaba bien arreglado, solamente faltaba el toque propio para hacerla aun más acogedora
--Bueno Mikami, trabajemos duro--
--Yo las dejo, tenemos clase de “La Historia del Arte”--
--¡Suerte, luego me pasas los apuntes!--
--¡Onee-sama!... digo, Montserrat ¿No vamos a ir a clase?--
--No, hoy tenemos el resto del día para decorar tu cuarto… es un permiso especial que nos otorga la líder del consejo estudiantil--
Ya dando la explicación, se sintió aliviada, bajo los hombros y suspiro, yo me recogí las mangas de mi blusa y comencé a desempacar sus obsequios, ella sonrío y ella desempaco sus maletas.
Pasaron 3 horas y casi ya era la hora de la merienda en el Gran Comedor de la Intermisión. Estábamos muy agotadas, pero felices ya que acabamos, el escritorio quedo elegante y fríamente ordenado, el estante de libros lleno y de obras literarias interesantes, además de los libros del colegio, las cobijas y la colcha bien tendida, también llena de peluches como la mía. Estábamos sentadas en el suelo, recargadas sobre el pie de cama.
--Montserrat… muchas gracias--
Jadea un poco y me sonríe
--No hay de que… fue divertido Mikami, por cierto ¿Qué hora es?--
--Ya obscureció un poco… Mm, deja veo el reloj--
Se levanta y observa su reloj del buró
--Ya son las 6:45pm--
--¡¡¿Qué?!!--
Lo único que se me ocurrió fue levantarme lo más rápido posible, tome de la mano a Mikami y salimos corriendo, Mikami estaba extrañada por mi reacción, no tenia ni idea del por qué mi reacción. Cuando llegamos al patio principal, ella se soltó y jadeando me dijo.
--Espera un minuto… dime que esta pasando--

Yo aun estaba acelerada y cansada, pero respire profundamente y de la manera más calmada posible le dije.
--Es que, tenemos que estar en el Gran Comedor de la Intermisión, para tu primera merienda… además la líder Hikari, debe presentarte con todo el alumnado que no era de nuestra casa… y ¡Se nos ha hecho tarde!--
--No te preocupes--
Me toma de la mano de una manera muy delicada
--Si corremos así nos cansaremos y tendremos mal aspecto, mejor despacio, llegamos presentables y yo diré que te entretuve con la decoración de mi cuarto--
--Gracias, pero es mi responsabilidad como tu Orquídea Guía--
Simplemente me sonríe y mueve su cabeza de manera que indica que caminemos. Le tome la palabra y así caminamos al Gran Comedor de la Intermisión.


CONTINUARÁ...
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Mensaje por Akirotto-Sama Lun Jun 10, 2013 9:18 am

Capitulo 2: Los ojos de color Zafiro

Tan radiante, bella y con piel tersa, realmente tersa, su sonrisa podía hacer que mi corazón se llene de alegría, más cuando se sonroja, se molesta, me jala las mejillas cada vez que yo le digo esa palabra, el nombre por la cual la bautice y siempre le he dicho desde que ingresamos a este hermoso colegio. Mi admiración a su ingenuidad y mi interés en sus ojos, sus ojos del color a esa piedra tan preciosa y que es mi preferida, sus ojos color zafiro natural. Su ternura, su atención a las demás personas, aun que a veces es insegura, toma fuerza de su flaqueza y hace cosas que me sorprende.

Cuando regresamos de las vacaciones de Verano, al iniciar el curso en el colegio “ST Tail” ella me saludo, yo estaba acompañada con nuestra mejor amiga, aun que siempre es la moderadora entre nosotras, ya que cada vez que le digo esa palabra se enfada y me jala las mejillas… todo lo vale, para sentir su piel, ver sus ojos de cerca y su rostro ruborizado. Pero lo que siento, lo que realmente siento no comenzó ese día, comenzó cuando entramos en el primer grado, hace como un año atrás.

Fue una mañana, los padres de todas las chicas las dejaban en la entrada principal, mis padres lloraron y se despidieron.
--Venga mamá, no llores, te prometo que siempre iré a visitarlos en las vacaciones de invierno--
--Estudia mucho mi hija y cuídate--
Mi padre me abrazo y me dio su mejor sonrisa, suspiro y dijo algo que siempre lo traigo en mente
--Siempre me has enorgullecido, ahora eres toda una señorita… decide bien tu camino que nosotros, siempre te apoyaremos--
Después de eso, los bese y me dirigí al Auditorio de la Luna, un auditorio gigantesco, parecía desde afuera como una enorme catedral, su enorme cúpula con acabado renacentistas, aperlado y una enorme puerta de madera fina, sinceramente desconozco el tipo de madera pero su aroma es delicioso e impresionante.

Cuando tome asiento entrelace los dedos, observaba para todos lados para saber si de casualidad encontraba un rostro familiar, una antigua amiga o por lo menos una vecina. Pero todo fue en vano, me sentía un poco nerviosa y triste.
--Disculpa… ¿Esta ocupado éste asiento?--
--No--
Fui muy fría y tajante, aun estaba buscando y no me percate quien estaba a mi lado. De pronto, las luces bajan su intensidad y entra a escena una señora muy elegante, caminaba y se movía con gracia, toda una señora con gran educación, se postra en el centro y con micrófono en mano.
--¡Señoritas de nuevo ingreso, ustedes son las que cumplieron con los requisitos intelectuales para ingresar a nuestro Colegio ST Tail, un colegio con una enorme tradición y compromiso, donde desarrollaran la capacidad de amar, donde se podrán desarrollar profesionalmente, moralmente e intelectualmente! ¡Ahora son parte de una familia, en unos momentos más, las señoritas del consejo estudiantil les pasaran un libro donde encontrarán todo el reglamento, tradiciones y obligaciones, también un emblema donde indica que casa les corresponde y la llave del cuarto que ocuparán aquí en el colegio!--

Y así acabo la señora, se retira y la líder del consejo estudiantil toma el micrófono, nos mira a todas y sonríe
--Ahora podrán pasar al Gran Comedor de la Intermisión, el banquete esta servido, bienvenidas--
Esa chica era Hikari de segundo grado, según lo que escuche es que era líder desde que llego al colegio. Su gran capacidad era única, además de un gran linaje que comparte gracias a su familia.
--Disculpa… ¿No vas a ir al comedor para la recepción?--
Otra vez esa voz, era tan dulce y aun lo sigue siendo, vuelvo hacia ella y me quede pasmada, congelada, encantada a su mirada, sus ojos color zafiro eran únicos para mi, su rostro inocente me cautivo y mi corazón latió tan fuerte que hizo que tartamudeara frente a ella.
--¿C…cómo t…te llamas?--
--¡Oh! Disculpa mi torpeza, es que me cuesta socializarme con la gente, es que soy muy torpe y despistada--
--Tienes un nombre muy largo ¿No crees?--
--¡¿Eh?! N…no, espera… ese no es mi nombre…--
Se sonrojo y tartamudeo, yo estaba seria y la veía fijamente, pero, aun sentía mi corazón, lo sentía en la garganta.

--Me llamo Kowayashi Montserrat, mucho gusto… ¿Y tú?--
--Hattori Midori… bueno ¿Nos vamos?--
--¡Es cierto, lo siento… vamos a llegar tarde!--
Cuando ella se ponía nerviosa, mi interés comenzó, me preguntaba “¿Qué tiene ella? Es muy ingenua e inocente… es muy dulce ¿Por qué siempre se pone nerviosa?” me intrigaba y cada vez que estaba cerca de ella, mi corazón se me iba a la garganta. La recepción fue espectacular, la comida exquisita y el grupo musical que invitaron fue el de moda, todo acorde a nuestros gustos y época… siempre creía que por ser una de las escuelas más pudientes, seria severa y estricta, de esas que nunca puedes hacer cosas tan radicales. Debo añadir que esa vez nos dejaron ir con los uniformes del colegio anterior.

Una chica de anteojos gruesos y cabello trenzado se acerca donde estábamos sentadas placidamente
--Disculpen ¿Ustedes saben cuando nos entregarán los nuevos uniformes?--
--No, lo siento-- Montserrat de inmediato saco de su bolso el manual que nos regalaron.
--¿Cómo te llamas?--
Le pregunte, ya que Montserrat estaba buscando la respuesta en el manual.
--Me llamo Sugitani Minako, encantada de conocerlas-- realmente muy educada.
--Yo soy Midori y ella es…--
--Kowayashi Montserrat y… según el libro que nos dieron, mañana nos tomarán medidas para mandar hacer el uniforme, al termino de una semana los entregarán--
--Eso será muy rápido… ¿No les molesta si me siento un momento con ustedes? Me siento un poco incomoda estando sola.--
--Tu siéntate, venga disfruta de la fiesta Minako--
Le dije y mordí mí emparedado, Montserrat escuchaba y tarareaba la música del grupo. Ese instante fue tan agradable y así nos hicimos amigas.

Al término de un mes ya éramos más unidas, además de que tuvimos la suerte de estar en la misma casa, la casa de las Zarzamoras. Las chicas o hermanas mayores de segundo grado, siempre nos ayudaban para entender las tradiciones, las reglas que no entendíamos nos las explicaban, incluso nos ayudaban en los deberes. Yo siempre veía las actividades de Montserrat, me inscribí al taller de pintura por ella, al club de natación y macramé, el ultimo no me gustaba, pero con tal de ver esos ojos, con su color tan bonito que hacia que entrara a otro mundo.
--Montserrat--
Le susurre ya que estábamos en el taller de pintura
--¿Qué paso Midori?--
--¿Hoy puedo ir a tu cuarto para que me enseñes a hacer una puntada para la clase de macramé?--
--Si, nos vemos a las 9:30--

Esa vez fue la primera vez que entraba a su cuarto, por fin vería con mis propios ojos, como es su habitad, que acostumbra a ponerse en la noche y si era posible dormir con ella, para saber como es su rostro cuando duerme. Mi corazón rebosaba de alegría, me ruborizaba al pensar todo lo hermoso que descubriría y así, saber la razón de mi curiosidad y admiración hacia ella, la razón de mis desvelos y mis visitas al mundo de la fantasía y conocer el encanto de esos ojos color zafiro natural. Y así paso, llego la noche, aun yo estaba en mi cuarto frente a mi escritorio, estudiando para el examen del día siguiente, veo el reloj de mi pared, suspiro y estiro mis brazos al cielo, me tallo los ojos y aun en pijama, tomo mi cobija con la que suelo taparme los pies, una que me regalo mamá hace un año en navidad y así, tomo el macramé inconcluso, el pretexto para ir a dormir con Montserrat. Caminé por las callecitas que eran alumbradas por unos postes de luz muy bonitos, parecían candelabros negros con luz tibia, pasé por un pequeño jardín y listo, estaba en la calle correcta donde estaba su cuarto.

--Montserrat, ábreme, soy yo Midori…--
Pero no abrió, la verdad es que hable muy bajito, su luz aun salía por la ventana, me asome por ella y note que Montserrat estaba dormida sobre su escritorio
--Montserrat.--
Aun hablando bajito
--¡Montserrat!... ¡¡MONITA!!--
Y da tremendo salto de la silla de madera, voltea por todos lados y nota mi presencia por la ventana, hago la señal de que me abra la puerta, se pone de pie y con cara de enfadada abre la puerta, me mira fijamente y yo me quede avergonzada, sus manos toman mis majillas y jalan fuerte pero sutilmente
--¡No me llames MONITA, haces que me sonroje!--
--Perdón, en serio lo siento, ya suéltame ¿Si?--
--Esta bien, pasa y ponte cómoda, en un momento te enseño la puntada que nos encargaron--
Me senté en su cama, era muy suave y cómoda, dejé la canastita del macramé y observe con detenimiento su cuarto.

Era y es tan pulcro, todo en orden y su cama lleno de peluches, a pesar de ser tan ordenada y aun para su edad, no se sentía fría, se sentía con mucho acojo, como si te invitará a pasar con los brazos siempre abiertos, era entrar a un mundo de princesas de fantasía. Recogió todo lo de su escritorio, toma su canasta del macramé y con gran simpatía, se dispuso a ayudarme, por un momento me sentí mal, puesto que, realmente no me interesaba el macramé, si no, el saber por qué me llama mucho la atención, el saber si me gusta o solamente estoy deslumbrada por ser mi primer amiga en este pueblillo construido dentro del colegio.

Fue mi primera mentira y, nunca lo he vuelto hacer. Ya faltaba unas semanas para que acabara el primer curso, Montserrat, Minako y yo éramos las tres hermanas de la diversión, siempre haciendo bromas, travesuras, pero también haciendo trabajos juntas, compartiendo y mi sentimientos se hicieron más firmes y más claros, cada día que pasaba junto a ella, mi corazón decía que ella es la correcta, la indicada. ¡Si es amor! Es difícil razonar estos sentimientos, yo nunca sentí algo así por una chica, mucho antes de entrar al colegio, yo tenía un novio, un gran novio, nos queríamos mucho, yo podía poner mis manos en el fuego por él, pero todo cambio en cuanto supo que entraría a este colegio. Se comporto posesivo, machista, una faceta que no conocía de él.

Es parte de mi pasado, algo que yo quiero olvidar, pero gracias a Montserrat, he visto de nuevo el amor, me he enamorado de ella y de sus hermosos ojos color zafiro.
--¿En qué piensas Midori?--
--¡¿Eh?! Lo siento Minako, estaba pensando cosas del pasado--
--Si te hace sentir mejor hablarlo, recuerda que puedes contar conmigo--
--Muchas gracias, pero es algo que ya paso hace mucho, ya no me afecta, sin embargo mi corazón late, late con fuerza y esta lleno de alegría--
--¡Uy! ¿Un nuevo amor?--
--Si, cuando regresemos de vacaciones de invierno, es posible que yo esté preparada para decirle mis sentimientos--
Yo estaba tan adentrada en la imagen de Montserrat que no me dí cuenta, que le he dicho a Minako que me interesa alguien, pero en la forma en que lo dije, dedujo que no era un chico.
--¿Es alguien de la escuela verdad, es una chica?--
--Si… ¡¿Eh?!--
--Vamos Midori no te avergüences, no me molesta en lo absoluto… a decir verdad espero que seas correspondida--

Me sorprendió su comentario, nunca creí que ella, que tenia aspecto de una santa, me dijera tal cosa, que fuera tan abierta. Mi alma se lleno de calma, es como si un peso se me quitara de mi espalda. Pero, ella se sonrojo, se ruborizo al comentarme eso, me vio y sus ojos brillaron como dos estrellas, me quede inmóvil, sin fuerza e incapaz de hablar. Se me fue mi aliento y solamente escuchaba mi corazón, mordía su labio inferior de una manera tierna e inocente, de pronto se sintió una brisa calida, unas hojas bailaban al ritmo del viento, nunca había sentido tal cosa, ni siquiera por Montserrat ¿A caso me he enamorado a primera vista de Minako? ¿Qué pasara con éste sentimiento que siento entonces por Montserrat? Ya sentía nauseas por toda esta revoltura de sentimientos, me palidecí y me desmaye.

Lo único que recuerdo es que desperté en la enfermería, Minako y Montserrat estaban a mi lado. Mi corazón latía tan fuerte al ver a las dos, mi corazón idiota latía ¡Latía! ¿Pero por quien de las dos?
--¿Ya estas mejor Midori? Me has preocupado mucho—me dijo Minako
--¿Qué te paso Midori? -- Montserrat también pregunto.
Me levante un poco de la cama, toque mi frente y respondí.
--De seguro fue por la emoción de las vacaciones… no es para tanto--
--Me dijo Minako…--
Y recordé la escena con Minako, me puse nerviosa ante Montserrat.
--¡¿Qué te dijo?!--
--Pues que estaban platicando y que de pronto te desmayaste ¿Estas comiendo bien?--
--¿No te dijo nada más?-- estaba asustada.
--No ¿Hay algo más que me tenias que decir Minako?--
Volteo para ver a Minako, ella comprendió, entendió que la persona que a mi me interesaba era Montserrat, su cara se puso un tanto triste, después sonrío y le respondió a Montserrat.
--No, lo que te conté fue todo lo que sucedió… bueno, me tengo que ir, tengo unos pendientes en el club de cerámica--
--Minako… yo… gracias--
--No te preocupes Midori…--
Al darse la vuelta, percibí que ella lloraba, dejo una estela de lagrimas… me dí cuenta, entendí todo, su comentario, su reacción. Ella esperaba, ella quería que yo, quería que mis sentimientos fueran correspondientes con los suyos, solamente me di cuenta así.

Al salir de la enfermería junto con Montserrat, estaba pensativa, yo quería decirle lo que siento, pero por lo ocurrido, prefería pensar bien las cosas en vacaciones.
--Comes y descansas bien en tu casa en vacaciones Midori--
--Pero si hago eso voy a engordar--
--Pues te prefiero gorda a que siempre estés desfalleciéndote… me duele, eres mi mejor amiga al igual que Minako--
Y me regala un calido beso en mi frente, me ruborizo y veo sus ojos, sus ojos que me han encantado desde que la conocí, tan brillantes, hermosos y naturales, su color zafiro.
--MONITA, quiero que me abraces--
--Claro, pero con una condición--
De nuevo sus manos toman mis majillas y las estira con fuerza.
--¡Deja de llamarme MONITA!--

Llego la salida, muchas hermanas y compañeras de otras casa esperaban con ansiedad sus familiares, otras se iban en autobuses y otras en lujosas limosina; yo esperaba junto con Montserrat y Minako. Hacía mucho frío, estábamos debidamente abrigadas, pero aun así el cruel invierno se sentía, se sentía hasta los huesos, se veía en el vapor que salía por nuestras bocas. Para olvidar un poco el frío, platicábamos de nuestro primer año juntas, lo que aprendimos y lo que haríamos en nuestras vacaciones, nuestras merecidas vacaciones.
--Midori ¿Qué harán en tu casa?-- cuestiono Montserrat.
--Pues supongo que pondremos el arbolito de navidad y contaremos historias de época--
--Suena genial Midori, en mi casa somos más como los occidentales, hacemos pavo relleno en la cena-- continuo Minako
--¡Ah! En mi casa simplemente hacemos intercambio de regalos y busco un trabajillo de medio tiempo-- concluye Montserrat.
En ese instante llego mi padre con su auto, escuchando música navideña, sonreí y abrace a mis amigas que tanto amaba
--Tienen mi número telefónico, no olviden en llamarme cuando quieran--
--Cuídate y nos vemos en el siguiente año--
--Midori, no olvides alimentarte bien--
--Claro MONITA, voy a engordar por ti--
--¡¡Que no me llames MONITA!! Y no, no quiero que estés gorda, simplemente no te descompenses, también te voy a hablar mucho--

Me subí al auto, les lance un beso y el auto se puso en marcha. He dejado a mis mejores amigas y parte de mi corazón con ellas, una gran confusión me invadió, nostalgia y mi padre lo noto
--¿Pasa algo mi niña?--
--¿Eh? No, no pasa nada… simplemente estoy confundida por algo del colegio… pero las vacaciones me servirán para aclarar esas dudas--
--No te preocupes, sea lo que sea, tu familia te apoyará--
Y me beso la frente, abrace a mi padre y el interior del auto se lleno del sentimiento navideño, un calor agradable y así me fui a casa, pensando en los hermosos ojos de color zafiro.

Se acabaron las vacaciones, ya era la hora de ir al colegio, mi padre me llevo hasta la entrada y al bajarme me tope con Minako.
--Hola Midori, muy buenos días--
--Hola Minako, buenos días ¿Apenas vas llegando?--
--Si… ¿Has visto a Montserrat?--
--No… pero vamos a buscarla--
--¿Qué has pensado, ya aclaraste tu mente?--
Ella esperaba, tenia una esperanza, yo aun no estaba lista, aun no sabia que sentir por ellas. Minako me puede corresponder, pero mi corazón también latía por Montserrat. De nuevo una brisa nos toca los rostros sonrojados, nuestros cabellos ondeaban al ritmo del viento y volteamos al mismo tiempo. Allí estaba, con su elegante uniforme, con un corte de cabello nuevo, sus ojos color zafiro brillaban con fuerza, tanto que me deslumbraban al verlos.

--Hola Montserrat, buenos días--
--Hola Minako, buenos días y buenos días Midori--
--¡Buenos días mi “monita”!--
--Midori… no me digas MONITA, me haces sentir extraña--
Y nuevamente me toma de las mejillas y las estira, todo lo valió por ver de cerca los ojos de color zafiro, pero ahora mi corazón se confundió más, al ver a Montserrat y a Minako juntas. Es injusto, el amor es injusto.
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